sábado, 16 de septiembre de 2017

Los Conciertos para piano XVI.

Darius Milhaud. Concierto para  Piano no 4.


Darius Milhaud (1892 -  1974) fue un compositor francés, integrante del Grupo de los Seis en la década de 1920.  Milhaud fue uno de los músicos más prolíficos del siglo XX, autor de más de cuatrocientas cincuenta obras en todos los géneros.
En sus primeros años compuso música para algunos poemas de Paul Claudel. Éste le contrató como secretario en un viaje a Brasil realizado en 1916, durante el cual Milhaud compuso Saudades do Brazil, Le Boeuf sur le toit y el poema coreográfico L'Homme et son desir. A su regreso a París, en 1918, formó parte del "Grupo de los seis", con los jóvenes compositores Poulenc, Auric, Durey, Honegger y Germaine Tailleferre. De ideas vanguardistas, Milhaud y sus compañeros adoptaron una actitud estética de reacción contra Wagner y Debussy y penetraron en el campo del recién descubierto politonismo.
Francisco Rivero. Concierto VI. 2017.


La invasión de Francia forzó  a  Milhaud a dejar Francia en 1940 y emigrar a los Estados Unidos.  Consiguió un puesto de enseñanza en Mills College en Oakland, California.   En su exilio americano fue bastante prolífico recibiendo muchos encargos y dando recitales.

Milhaud compuso unas siete obras para piano y orquesta, siendo la más conocida su fantasía Carnaval de Aix. Aparte de esta compuso cinco conciertos para piano y  un concierto para dos pianos.

En 1949 Milhaud compuso su Concierto para piano y Orquesta No. 4, una obra comisionada por el pianista Zadel Skolowsky. La obra fue estrenada el siguiente año por la Orquesta Sinfónica de Boston bajo la dirección de Charles Munch. Es una obra de considerable dificultad para el piano, pues Zadel le solicitó a Milhaud incluir todo tipo de dificultades técnicas, para su lucimiento como virtuoso: pasajes completos de octavas en paralelo, movimientos contrarios, saltos impresionantes, dobles secuencias en acordes de tercera, sextas y séptima. Esto, por supuesto acarrea ciertos momentos de confusión, por la proliferación de notas.
El concierto abre con reserva y parquedad, pero poco a poco explota el  piano realizando  maravillosos fuegos artificiales, la música se vuelve alegre, brillante  y eufórica y la orquesta se anima en un dialogo bastante cálido e intenso. La complejidad de la  textura y la poli tonalidad impresionan al oído.
El segundo movimiento se inicia  con un tema principal lento, pesado y reflexivo. Hay golpes de tambor y notas de trombones ejecutando una especie de marcha fúnebre. El autor crea  un clima extraño con  los acordes algo disonantes en las notas oscuras de los cobres. Hay un segundo tema en los vientos de madera, más ligero y optimista, luego es tomado por el piano y lo desarrolla en una larga cantilena que se interpone de manera obsesiva y recurrente. Ambos se entrelazan, luchan y se debilitan al final. En un tono trágico y quejumbroso, que nos recuerda a Shostakovich, evoca el dolor y el sufrimiento de la Guerra, finalizada hace cuatro años, en aquel momento.
El concierto concluye de manera brillante y enérgica con un ritmo continuo casi barroco. Hay secciones con  melodías  originales y bellamente orquestadas.

El Concierto Para  Piano y  Orquesta, Op. 295 No. 4    es una obra en tres movimientos de unos 20 minutos.
1.      Animé       4:37
2.      Très Lent   9:13
3.      Joyeux       5:1

Discografia:
1.      Michael Korstick (Piano) Southwest German Radio Orchestra Kaiserslautern. Alun Francis. CPO.
2.      Claude Helffer (Piano) Orchestre De L'Opéra De Lyon. Kent Nagano. Erato. 1992.


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