Eran
los turbulentos años 20. Hace casi cien años, la otrora poderosa Alemania se
desmoronaba debido a una crisis que afectaba lo económico, social y moral. La devaluación de
la moneda era galopante. El pueblo pasaba hambre y necesidades. La pobreza y desesperación de las masas, aunado
a la incapacidad de sus gobernantes generó un caos. Las condiciones humillantes
de la rendición en el Tratado de Versalles pisoteo la moral del pueblo alemán.
Había en Berlín y otras ciudades bandas armadas de colectivos de ciudadanos racistas
e intolerantes que cometían crímenes contra los más débiles. Con el ascenso de
los nazis al poder comenzaron las persecuciones contra los comunistas y los
judíos.
Francisco Rivero. Kurt Weill. 2017. |
Paradójicamente,
Berlín se convirtió en el epicentro dela creación artística de la vanguardia
europea. En medio de este ambiente tan confuso surge el arte expresionista, un
arte muy rudo, de carácter agresivo, soez y directo que sacudía la consciencia del
espectador con la cruda realidad como una cachetada para denunciar los crímenes
de guerra, los vicios, la sexualidad y la vida atormentada de los ciudadanos.
En
cuanto a la música hubo también grandes cambios y experiencias interesantes.
Frente a la tradición musical romántica de las grandes orquestas, un grupo de
jóvenes con visión de futuro, propuso un arte más comprometido con la cruda
realidad de la calle y aquel ambiente intoxicante del Berlín de los cabarets.
La opera de tres centavos.
Kurt
Weill (1900- 1950) fue un compositor alemán fiel representante de aquella época
oscura e interesante. Estuvo casado con la actriz y cantante austríaca Lotte Lenya. Escribió
música para ella dentro del estilo del teatro musical. Este era un tipo de
entretenimiento muy de moda, ligero, cómico y entretenido de mucha variedad estilística que
había desplazado la opera clásica. También escribió Weill música instrumental: dos
sinfonías y un concierto para violín y orquesta de vientos.
Weill,
quien había estudiado con Busoni, escribió varias operas de canciones y
cantatas con textos de poetas sobre el ambiente social de la época. Pero su
mayor éxito, fue sin duda La Opera de
Tres centavos (Die Dreigroschenoper) de 1928 en colaboración con el
dramaturgo Bertold Brecht. Se trata de una versión actualizada de una ópera
inglesa del siglo XVIII (The Beggar's
Opera), en la que la feroz crítica social que la obra contiene se expresa
por medio de una música compuesta para una orquestina de cabaret y cantada por
actores que no son cantantes profesionales.
La
música de Weill no era del gusto de los nazis, que la catalogaron de arte
degeneardo. Provocaron alborotos durante sus representaciones y organizaron
campañas de boicot para disuadir el montaje de sus obras. Esta situación obligó
a Weill y a su esposa la cantante Lotte Lenya a abandonar Alemania en marzo de
1933, y se establecieron en París.
En
septiembre de 1935, Weill viajó a Estados Unidos para supervisar el montaje de
Max Reinhardt de la obra Der Weg der
Verheissung, para la que Weill había escrito la música. Tras muchos
retrasos, la obra se representó, parcialmente truncada, en 1937.
Por
motivos de la guerra y la persecución a los judíos, la pareja decidió intentar suerte en los Estados Unidos. El
Group Theatre reclutó a Weill para colaborar con el libretista Paul Green en el
musical Johnny Johnson. Debido al éxito
de sus musicales de Broadway, Weill y
Lenya emigraron a los Estados Unidos, y solicitaron la nacionalidad
norteamericana, que obtuvieron en 1943.
Durante
los años siguientes, Weill compuso musicales de la importancia de Knickerbocker Holiday (1938), que fue un
éxito en donde aparece la famosa September
Song. Otros musicales
fueron Lady in the Dark (1941), con letra de Ira Gershwin ( hermano de
George Gershwin) , One Touch of Venus
(1943), Street Scene (1947), Love
Life (1948) y Lost in the Stars
(1949).
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