El quinteto para piano es un tipo de composición de cámara, en
tres o cuatro movimientos y el cual debe
ser ejecutado por un piano y otros
cuatro instrumentos. El quinteto clásico, surge como una confrontación entre un
piano como solista virtuoso y un cuarteto de cuerdas, a la manera concertante.
Fue concebido originalmente en el período clásico y romántico temprano, consiste de un piano y un cuarteto de
cuerdas, es decir, dos violines, viola y violonchelo. Los primeros quintetos,
como los de Bocherini, eran en realidad
para un pianoforte. Un segundo tipo de quinteto, llamado quinteto para piano
y vientos posee una instrumentación distinta, un piano más un cuarteto de vientos: flauta,
clarinete, fagote y corno (Trompa), con algunas pequeñas variantes, como elegir
un oboe en lugar de la flauta,….etc. Mozart y Beethoven se inclinaron más por
esta última fórmula que resultaba agradable y entretenida para el oído.
FRancisco Rivero. Shostakovich. 20055. |
Mozart escribió varios quintetos para cuerdas, que están
entre los mejores de la literatura de cámara, pero sin embargo dejó uno sólo
para el piano: el Quinteto para Piano, Oboe, Clarinete, Corno y Fagote en mi bemol.
K452. En su juventud Beethoven compuso un
quinteto con la misma instrumentación e igual tonalidad: el Quinteto para piano, oboe, clarinete, corno
y fagote en mi bemol Op. 16 (1796).
Franz Schubert tuvo la genialidad de modificar el primer
tipo de quinteto, introduciendo cinco movimientos, y lo más importante,
incorporando un contrabajo, en lugar de dos violines, creando así uno de los
más bellos y graciosos quintetos de todos los tiempos El Quinteto para piano en La mayor Op. 114
(D667) en 1819, conocido popularmente cono Quinteto la Trucha. En realidad la idea no era original, pues
Hummel en 1802 ya había compuesto un quinteto con la misma instrumentación. La
introducción de un contrabajo ayuda al violonchelo a liberarse de de ejecutar
los registros más bajos, para fortalecer la armonías, permitiendo que su voz pase al primer plano
en funciones de solista. El pesado contrabajo con sus notas graves y roncas le
da un toque de humor al conjunto, del que antes carecía.
Robert Schumann deja la diversión schuberiana a un lado y vuelve a los moldes clásicos del quinteto para
piano tradicional (con los dos violines) en su Quinteto para piano en mi bemol Mayor
Op. 44. Igualmente se insertan dentro del modelo de Schumann los
quintetos para piano de Brahms y Dvorak, el primero dentro de los cánones
teutónicos de un romanticismo tardío
atormentado, nervioso y dramático, el segundo quizás más sereno y lírico, pero ambos
bastante conocidos.
Sin embargo la cosa no muere aquí. La escuela francesa
retoma el modelo Schuberiano de manos de una dama: la compositora Louise
Farrenc (1804-1875), quien nos dejó dos
hermosos quintetos para piano, violín, viola, violonchelo y contrabajo, que han
sido injustamente olvidados. En Francia durante el siglo XIX, la música de
cámara no gozaba del mismo aprecio que en Alemania. Sin embargo encontramos
otros magníficos ejemplos de quintetos como el de Saint-Saens en la mayor de
1853 y el de César Franck de 1878. Esta tradición continúa en el siglo XX con
los quintetos de Faure, Reynaldo Hahn , Koechlin, Florent Schmitt y Louis Vierne.
La influencia del quinteto de Beethoven se siente en Rusia con el Quinteto para piano y vientos en si bemol
(1876) de NIkolai Rimsky-Korsakov,
orquestado para piano, flauta,
clarinete, corno y fagote.
En el siglo XX este
género del quinteto para piano ha tenido sus cultores destacados, con autores de
la talla de un Fauré, Bartok, Sibelius, Bax, Bohuslav Martinu y Schnittke.
Como ejemplo bastante conocido, mencionamos el Quinteto
para piano en sol menor Op. 57. de
Dimitri Shostakovich, para piano, dos violines, viola y violonchelo. ES una
obra de mucho aliento y que raya en lo sinfónico
por su gran variedad de ideas. Sin embargo es música convencional y de fácil audición, ya que fue
compuesta en 1940 en un intento por reconciliarse con la censura soviética, al
igual que la quinta sinfonía. La obra se
estructura en cinco movimientos:
Preludio. Lento. 4:41.
Fuga. Adagio. 11:33.
Scherzo. Allegretto. 3:55.
Intermezzo. Lento 7:47.
Finale. Allegretto. 7:42.
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